Febrero, un mes dedicado al amor. Comúnmente hablamos sobre dar y recibir, pero no podemos dejar de lado otra forma de amor: cuidar. Muchas veces olvidamos lo importante que es el amor propio y autocuidarnos, incluyendo la forma en que nos dedicamos a sanar nuestras finanzas. Hoy hablaremos de dos productos bancarios que nos ayudan a administrar nuestro dinero de manera responsable y pensando en el bienestar propio: cuentas corrientes y cuentas de ahorro.
La conveniencia de las cuentas corrientes
Una cuenta corriente es aquella que utilizamos para el día a día, es una cuenta bancaria enfocada en los pagos rutinarios. En muchos de los bancos, es un requisito vincular el pago de nómina o planilla o el de pensiones para abrir la cuenta corriente, o también puedes asociar alguna tarjeta de débito o crédito. Con esto, la cuenta se asegura de tener fondos constantes al recibir los pagos mensuales.
Con este tipo de cuenta podemos llevar un registro de la movilidad del dinero, así que cuidamos nuestras finanzas porque tenemos claridad del destino de nuestros fondos. También, podemos tener la facilidad de realizar transacciones, pagos a proveedores y de servicios de manera programada y automática; además, existe la posibilidad de obtener una chequera y acceso rápido a nuestro dinero. Así, la cuenta corriente es muy conveniente para organizar nuestra vida económica.
La previsión de una cuenta de ahorro
Si tenemos objetivos a corto, mediano o largo plazo, la cuenta de ahorro es la elección ideal para cuidar de nuestro dinero. Este tipo de cuenta nos invita a plantearnos objetivos y ser constantes en nuestros aportes para cumplirlos. Con los depósitos, demostramos que pensamos en nuestro propio futuro y, por si fuera poco, que nuestro amor crece, ya que es usual ganar rentabilidad o intereses con nuestros ahorros.
Las cuentas de ahorro son de gran utilidad para las personas que buscan tener un fondo de emergencia o que tienen una meta en mente. Al igual que con la cuenta corriente, tenemos disponibilidad inmediata de nuestro dinero, con la única diferencia de que hay límites en las transacciones. A pesar de ello, es una opción llamativa por la acumulación de ganancias y la seguridad brindada. Así, la cuenta de ahorro es otra forma de cuidarnos a nosotros mismos, porque nos invita a visualizarnos en un porvenir exitoso.
La convivencia entre los dos tipos de cuentas
Si lo pensamos con detenimiento, no hay necesidad de elegir entre una u otra. La cuenta corriente y la cuenta de ahorro pueden coexistir, son dos productos en los cuales podemos apoyarnos para proteger nuestras finanzas de maneras distintas. La cuenta corriente se relaciona con nuestra responsabilidad y tranquilidad, puesto que nos da la seguridad de cumplir con nuestros pendientes; en cambio, la cuenta de ahorro se relaciona con nuestra determinación y motivación, ya que requiere de nuestro compromiso con nosotros mismos para defender nuestros sueños.
Nuestra recomendación es que puedas adquirir ambas cuentas, debido a que ambas se relacionan con diferentes áreas de la vida y tendrás mayor claridad de tu situación monetaria. Después de todo, como te lo mencionamos, es importante que cuides de ti mismo mientras cuidas de tu dinero, es una demostración de amor propio esencial.